De izquierda a derecha; Juan José Enríquez Barbé, decano del Colegio de Economistas de Valencia; Javier Machi Felici, decano del Colegio de Ingenieros de Canales, Caminos y Puertos de la Comunitat Valenciana; Rafa Navarro, editor de Disruptores; Juan Vicente Bono, vicedecano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana; y Salvador Lara Ortega, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunitat Valenciana (COACV)
El III Foro Económico de la Comunitat Valenciana reunió a destacados expertos y representantes institucionales para abordar los desafíos que enfrenta nuestra región tras el devastador impacto de la DANA. Bajo el lema «Los grandes retos de la reconstrucción», se debatieron las lecciones aprendidas y las estrategias necesarias para proteger infraestructuras, empresas y comunidades en el futuro.
El debate contó con la participación de:
- Javier Machi Felici, decano del Colegio de Ingenieros de Canales, Caminos y Puertos de la Comunitat Valenciana.
- Juan Vicente Bono, vicedecano del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana.
- Juan José Enríquez Barbé, decano del Colegio de Economistas de Valencia.
- Salvador Lara Ortega, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de la Comunitat Valenciana (COACV).
Claves de la discusión
Uno de los puntos centrales fue la necesidad de analizar el impacto desde dos perspectivas: la «macrogeografía» y la «microgeografía», conceptos fundamentales para comprender y planificar la recuperación.
- Javier Machi destacó la importancia de enfoques macro, señalando que hay proyectos de gran escala pendientes de ejecución que podrían mitigar riesgos futuros. Resaltó también ejemplos positivos, como la rápida acción de la demarcación de Costas para restablecer vías de comunicación.
- Salvador Lara Ortega subrayó el enfoque micro, destacando la existencia de múltiples «microrriadas» que deben ser entendidas para prevenir desastres similares. Expresó que aunque se han estabilizado edificios y evitado derrumbes, es urgente ofrecer soluciones a los afectados.
- Juan Vicente Bono abordó el impacto en la industria, sector gravemente afectado por la riada. Propuso la creación de «bolsas de empresas solidarias» y remarcó la importancia de acciones rápidas para garantizar la continuidad de las pequeñas y medianas empresas.
- Juan José Enríquez Barbé fue crítico con las ayudas del Gobierno central, calificándolas de insuficientes para los 21,000 locales y servicios afectados y las 5,000 empresas damnificadas, muchas de las cuales corren el riesgo de no reabrir. Alabó, sin embargo, la visión de las ayudas implementadas por la Generalitat Valenciana.
El encuentro contó también con la participación de líderes políticos y representantes de entidades públicas, como Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana; Susana Camarero, vicepresidenta de la Generalitat; María José Catalá, alcaldesa de Valencia; y otros altos cargos implicados en la regeneración económica y social de la Comunitat Valenciana.
Un camino hacia la reconstrucción
La tarea de reconstruir los 70 municipios afectados por la riada trasciende la infraestructura; implica revitalizar comunidades, reactivar la economía local y generar resiliencia frente a futuros desastres. Este proceso no solo es una responsabilidad de las administraciones públicas, sino también un compromiso de todos los actores sociales y económicos de la región.
La reconstrucción de Valencia representa una oportunidad para repensar el desarrollo regional desde una perspectiva más inclusiva y sostenible. Es una ocasión para establecer políticas que no solo reparen el daño, sino que también preparen a las comunidades para resistir futuras crisis climáticas. Inversiones en infraestructura verde, planes urbanísticos adaptados y una gestión hídrica más eficiente son solo algunos de los pasos necesarios para garantizar un futuro más seguro y próspero para todos.
Mientras tanto, los esfuerzos de los colegios profesionales, las empresas y los ciudadanos muestran que la unión es clave para superar cualquier adversidad. La regeneración de nuestra tierra no es solo un desafío, sino también una declaración de esperanza y resiliencia.