Cómo gestionar un proyecto sin morir en el intento, con Agile

Habitualmente caemos en la tentación de gestionar proyectos con múltiples agentes, incluso a veces de varios proveedores, a través de una conversación llevada por e-mail y con reuniones puntuales, pero sin órdenes del día claras. Y, además, pretendemos que todo salga sobre ruedas, cumpliendo con los plazos y fechas marcados, pero la realidad es que en estas ocasiones suele haber malentendidos, reproches y, por ende, demoras en los plazos establecidos.

El problema de base es que marcamos grandes tareas a desarrollar en el calendario de proyecto sin tener en cuenta potenciales impedimentos que pueden surgir en el camino. Y si es cierto que hay que tener una planificación global del proyecto, es imprescindible gestionar el proyecto a través de metodologías que permiten marcar pequeños hitos que vayan consolidando los resultados.

Una de las más utilizadas a día de hoy de forma transversal, aunque salida de proyectos de desarrollo de software, es la metodología Agile. Metodología con la que, además de trabajar con pequeños hitos, se debe definir líderes claros, recurrir a las “ceremonias” semanales y mantener el contacto con las herramientas correctas.

Erik Rigola, manager de Ventas Online y Marketing Relacional de RocaSalvatella, nos explicará a través de un caso real algunos consejos para aplicar esta metodología sin ser un experto.